Fernando Del Priore
Cantaba hace muchos años Alberto Castillo en el tango “Garufa”: Caes a la milonga en cuanto empieza / y sos para las pibas el vareador, / sos capaz de bailarte La Marsellesa, / la Marcha a Garibaldi y El Trovador...
Según el Diccionario de americanismos, vareador es el peón encargado de ejercitar a los caballos de competición. Como todo se recicla y se transforma, en los años ‘40 el vareador era quien bailaba con todas las mujeres asistentes al baile, en muchos casos invitado por los organizadores del bailongo. A partir de los años ‘90, la milonga revive especialmente con el gran interés y visita de turistas, que desde tres décadas antes es moneda corriente en los bailes porteños; allí surge la necesidad del hoy llamado taxi dancer.
¿Quién es este enigmático personaje del mundo del tango? ¿Es un profesor, un milonguero, un bailarín común? La respuesta podría ser que es un poco de todo. Como decía Leopoldo Marechal, el tango es una posibilidad infinita, y así lo reafirma en cada etapa de su evolución.
Esto tiene un motivo práctico. Los organizadores de milongas de la tarde suelen tener el problema de la falta de bailarines hombres. Sí, en el tango faltan varones y sobran mujeres. Allí es donde resucita como el ave Fénix el famoso vareador, hoy taxi dancer, que consigue trabajo para sacar a bailar a las mujeres que “planchan”, como se dice de las que no son elegidas para bailar. Por otro lado, para una turista que llega a Buenos Aires y no conoce a los habitués de las milongas, es mucho más fácil contratar a un taxi dancer y asegurarse buen baile y continuo que esperar a que la reconozcan como buena bailarina para invitarla a la pista.
Otro actor importante, a veces con pudor y camuflado, es el maestro que puede ir a las milongas con algún alumno o grupo de alumnos para foguearlos en las pistas.
Impresiones que uno puede ver en la milonga. Pero como mejor es buscar una fuente directa, contactamos a un experimentado taxi dancer de Buenos Aires, Jeremías Gabriel Guzmán −Jere le dicen sus amigas−, quien contó lo siguiente.
−¿Cómo definirías la labor de Taxi Dancer?
Jere: La labor del Taxi Dancer, o mejor dicho acompañante, es un trabajo que conlleva mucha responsabilidad. Más allá de que trabajamos con el cuerpo bailando y con el cuerpo de la otra persona, conlleva la responsabilidad de que la persona se sienta satisfecha, contenta, tanto individual como grupalmente.
−¿Por qué te decidiste a trabajar de acompañante?
J: Me decidí a trabajar en esta modalidad porque hace tiempo, cuando recién empezaba a ir a las milongas, a los 18 años, no tenía mucho dinero, prácticamente no tenía para pagar la entrada y poder consumir alguna bebida o comida. Mayormente la gente amiga, por lo general personas grandes, me fueron orientando y se hacían cargo de mis gastos. Entonces, una vez en una milonga me veían con este grupo y me preguntaron si yo era taxi dancer, así supe que había personas que se dedicaban justamente a ser acompañantes; y el tiempo me fue dando la posibilidad de emprender este camino.
−¿Cómo te formaste como bailarín?
J: Me fui formando desde muy chico, tomando clases y yendo a bailar tango. Las clases son importantes, nunca hay que perder ese hábito de tomar clases, porque es lo que nos sirve para observar cómo se manejan quienes bailan hace más tiempo que uno. Me ayudó escuchar a los milongueros, tanto como a las mujeres milongueras, que siempre te dan consejos. Cuando entramos en este ambiente a ofrecer un servicio, sabemos que no bailamos para nosotros mismos; tenemos que hacer bailar a las otras personas, que a veces no saben bailar, entonces uno tiene que tener esa capacidad de resolver problemas en el momento, rápido y de la mejor manera, con el mejor ánimo y disfrutar, disfrutar y hacer que la otra persona disfrute.
−¿Se gana buen dinero en este rubro?
J: Los ingresos son variables, según la circunstancia y el cliente. El primer objetivo es que la persona no pierda las ganas ni la satisfacción de disfrutar nuestra cultura del tango. Hay gente que puede pagar un buen precio y hay otros que no, se llega a muchos arreglos, eso es personal y depende de qué quiere cada uno. Me ha pasado acompañar a una persona a una milonga y que se hace cargo por lo menos de la entrada y de tomar algo, para mostrarle cómo es el ambiente del tango. A veces la gente se siente satisfecha con pequeñas cosas. A veces necesitan y pueden más, y ahí es donde uno va haciendo el circuito de la parte económica.
−¿Cuáles son códigos que un buen taxi dancer no debe romper?
J: El respeto hacia el cliente, la higiene personal, la vestimenta, el manejo de la pista, y en especial la puntualidad. Estos son los códigos básicos. Cuando uno logra un acuerdo con una persona que te contrata, los horarios pactados hay que respetarlos a rajatabla, siempre ser puntual. Eso es nuestra responsabilidad. Manejarse bien en la pista, porque ellos vienen justamente para aprender, para conocer, porque no conocen como uno se maneja en una milonga y cómo hacer las cosas bien.
−¿Te enamoraste de alguna clienta, o ella de vos?
J: De mi parte no, no me he enamorado de una clienta o viceversa. Si eso pasara ya no sería un clima laboral para ninguna de las dos partes.
−¿Qué pasa si tenés una relación de pareja con alguien que no baila y sabe que vos trabajás bailando con otras mujeres?
J: Sería difícil si nuestra pareja o uno mismo no tuviera respeto y apoyo mutuo en la relación. Yo siempre he estado en pareja y he trabajado sin problemas. Incluso puede servir, porque a veces la gente que te contrata se siente más confortable o más segura cuando uno tiene una pareja al lado. Se genera un clima más de confianza. Todo depende de cómo uno se maneje en la vida.
−¿El taxi dancer puede bailar con personas de su mismo sexo o en milongas Queer?
J: Se puede, hoy por hoy se puede, ya que no hay solo taxi dancer hombres, también hay mujeres. Y si cada bailarín está capacitado para hacer los dos roles, y el cliente especifica qué es lo que quiere, se llega a algún arreglo tranquilamente, eso no influye en nada.
−¿Qué consejo darías a quienes quieran entrar en el mundo de los taxi dancers?
J: El consejo que les puedo dar a los chicos y las chicas, ya que en este ambiente hay tanto mujeres como hombres, aunque los varones son más, es que no lo duden, que estén siempre dispuestos a aprender, a disfrutar, a cuidar nuestra cultura, y que tengan en cuenta que cuando hacemos las cosas a conciencia todo sale bien.
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